En un artículo publicado en el diario Neue Rheinische Zeitung el 13 de enero de 1849, el ideológo comunista Friedrich Engels, autor junto a Karl Marx de El Manifiesto Comunista, tildó a los vascos de ser “un excremento de pueblo”, “una ruina” y “un residuo de antiguas poblaciones”.
El texto completo de la cita dice lo siguiente: “No hay país en Europa que no disponga en alguna de sus esquinas de una o varias ruinas de pueblos, residuos de antiguas poblaciones, arrinconadas y sometidas por la nación que con posterioridad se convierte portadora del desarrollo histórico. Estos restos restos de una nación machacada sin piedad por la marcha de la historia -Hegel dixit-, estos excrementos de pueblos, se convierten una y otra vez hasta su extinción o desnacionalización en portadores fanáticos de la contrarrevolución. Es más, su propia existencia es una protesta contra la gran revolución histórica. En Escocia los gaélicos, apoyo de los Estuardo desde 1640 a 1745. En Francia los bretones, apoyo de los Borbones desde 1792 a 1800. En España los vascos, apoyo de Don Carlos. La próxima guerra mundial hará desaparecer de la faz de la Tierra no ya sólo a clases y dinastías reaccionarias, sino también a pueblos reaccionarios enteros. Lo cual también es un progreso”.